El sitio de Pablo Rodríguez Madroño
Hemos estado tan atareados preparándolo que no hemos podido hacer fotos, pero los 14 que éramos en casa nos hemos chupado los dedos.
Una cosa muy sencilla de hacer y muy resultona cuando hay que tener un postre elegante son las trufas de chocolate.
Se necesita nata de cocinar, chocolate para postres y algo de cobertura para las trufas (yo utilizo granitos de chocolate, pero también quedarÃan bien con cacao en polvo). La regla fácil es que se necesita tanta nata en cl. como la mitad del peso del chocolate en gr. y tirando por lo bajo si es necesario. Por ejemplo, para un brick de nata de 20 cl. (200 ml.) se necesitan unos 400 gr. de chocolate. El chocolate que uso normalmente es el de postres de Nestlé, disponible en la mayorÃa de supermercados a un precio razonable.
La preparación consiste en hervir la nata y echarla encima del chocolate partido a trocitos. Se mueve con una cuchara para mezclarlo bien y se deja enfriar (incluso en nevera) hasta que quede bien frÃo para facilitar la manipulación posterior.
A continuación se hacen bolitas de chocolate y se recubren en la cobertura escogida. El simple calor de los dedos hace que la trufa quede bien cubierta.
El resultado deberÃa ser algo asÃ:
Sólo queda guardar en la nevera hasta consumir esta delicia para los amantes del chocolate.
Hace unos dÃas me pasé el sábado por la mañana de la mejor forma posible: cocinando.
Tras un sofrito, una bechamel y hacer la carne, el resultado fue esta maravillosa lasaña casera:
Con las placas precocidas que no necesitan hervirse todo es mucho más sencillo. ¡Repetiremos!
El chupete de la foto no es mÃo (aclaro).
Hace apenas 10 dÃas compré una caja de naranjas en NaranjaNatur, que a pesar de ser caras (más de 1,5€/kilo) tienen el gancho de que se garantiza que desde que se cogen del árbol hasta que llega la caja no han pasado más de 24 horas.
Tengo que decir que en otoño/invierno siempre hemos comprado naranjas para hacer zumo natural por las mañanas. Dependiendo de la semana sólo lo tomo yo o alguien más me acompaña. Recientemente Núria ha descubierto que le encanta el zumo (sin nada de azúcar), asà que también se ha incorporado. En los momentos álgidos consumimos unos 4 kilos de naranjas a la semana, y por esto cogimos una caja grande de 15 kilos, que ha volado en apenas diez dÃas.
Las naranjas han sido dulces, muy dulces, como si se hubiese añadido azúcar al zumo. En mi opinión quizá han sido un poco demasiado dulces, pero no endulzo el zumo normalmente, asà que mi paladar está acostumbrado al ácido. La verdad es que han provocado que toda la familia tome zumo de naranja natural por las mañanas, y no sólo los zumeros hardcore como yo. Y dada la abundancia disponible los zumos han sido de vaso entero y no de medio vaso como hacÃamos siempre.
Este martes compro naranjas de nuevo para que me lleguen el jueves a casa. Este invierno me voy a arruinar, pero vamos a disfrutar…
Ayer gozamos de una esplendorosa comida en casa de mis padres, en la que además mi hermano Miguel también estuvo.
El menú fue:
Además acompañé la comida con una botellita de medio litro de sidra.
La fruta merece una mención especial, porque comimos un delicioso melón valorado en 9,51€. La verdad es que pagar dos euros y mucho por el kilo de melón suele asegurar que sea delicioso.
Nota: esta entrada está dedicada a mis padres.